La Asamblea del Sínodo Diocesano, integrada por más de 200 miembros sinodales, ha aprobado con un porcentaje medio de respaldo del 90 por ciento, un total de cuarenta líneas de acción para impulsar la renovación de la archidiócesis de Valencia y hacerla “más evangelizada y evangelizadora”, como destacó el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares al convocar en octubre de 2019 el Sínodo Diocesano, cuya eucaristía de clausura presidirá esta tarde en la Catedral.

Durante la última sesión plenaria de la Asamblea Sinodal celebrada ayer tarde en el paraninfo de la Universidad CEU-Cardenal Herrera de Valencia y presidida por el Arzobispo, los sinodales fueron votando una a una todas las líneas de acción, agrupadas en once capítulos de propuestas, y que habían sido preparadas a lo largo de casi dos años por siete comisiones técnicas y por la comisión central del Sínodo.

El cardenal Cañizares, que en su momento procederá a la promulgación de las constituciones sinodales que decida, fruto del Sínodo Diocesano, agradeció al término de las votaciones el “alto consenso alcanzado, que demuestra la necesidad de impulsar la renovación de la diócesis para que sea realmente evangelizada y evangelizadora”.

Posteriormente, en la Vigilia de Pentecostés que presidió para los miembros sinodales en la iglesia del Seminario de Moncada, cerca del paraninfo de la Universidad CEU-Cardenal Herrera, el cardenal invocó la presencia del Espíritu Santo, para que a partir de este Sínodo Diocesano “suscite una nueva primavera, un aire fresco, un renovado Pentecostés en esta Iglesia que peregrina en Valencia, como lo hizo con la Iglesia del Concilio Vaticano II”.

“Pedimos que el Espíritu Santo llene todo de vida, de gracia, de conocimiento y de sabiduría de Dios” y que la nueva tarea “nos haga ser testigos de Jesucristo, que confesemos que es el Señor, nuestro Salvador, y que lo hagamos con una alegría grande, incontenible”, añadió el Cardenal, que presidirá hoy a las 18 horas en la Catedral la eucaristía de clausura del Sínodo Diocesano.

Votación de las propuestas

En la votación de las 40 propuestas, cada una de ellas por separado, la media de apoyo de la Asamblea Sinodal fue del 90 por ciento, 27 de esas superaron ese apoyo y las 13 restantes estuvieron por encima del 75 por ciento de respaldo.

Todas las propuestas estaban directamente referidas a cuatro necesidades o conveniencias, como señala el “Instrumentum laboris”, en su introducción: “la necesidad de tener evangelizadores preparados con formación doctrinal, con sentido pedagógico, aliento espiritual y competencia misionera; la importancia del acompañamiento de los evangelizadores; la urgencia de una coordinación pastoral a todos los niveles para aunar fuerzas y aprovechar más ampliamente las iniciativas que van surgiendo; y el necesario diálogo con nuestra sociedad y nuestro mundo, desde una escucha y acogida `compasiva´´”.

Las cuarenta líneas de acción propuestas del Sínodo Diocesano persiguen ser “realistas y eficaces”, y que “sean generadoras de otras posteriores en lo sucesivo”.

Las líneas de acción fueron debatidas en once propuestas sobre los siguientes temas: fomento de una acción misionera diocesana conjunta; proyecto diocesano de iniciación cristiana, de catequesis y de formación; situar la Eucaristía y la liturgia en el centro de la vida eclesial; renovación pastoral de la parroquia al servicio de la misión evangelizadora; propuestas sobre los agentes de evangelización; mujer cristiana laica en la vida de la Iglesia; familia y jóvenes; relación entre la Iglesia, la cultura y la sociedad.

La pandemia

Además, en la etapa final de preparación del Sínodo, la sociedad “se ha visto afectada por la pandemia del covid-19, que ha trastornado nuestros usos y costumbres y ha tenido, sin duda alguna, influencia directa en la manera de vivir el cristianismo”.

Este fenómeno obliga a nuestro Sínodo a señalar “caminos para vivir la vida cristiana en tiempo de crisis, sobre el valor fundamental de la comunidad cristiana y su proyección caritativa y social, sobre la compañía al alcance de todos de la Palabra de Dios, sobre el buen uso de los medios telemáticos, y sobre el valor de la oración como experiencia vital de la fe”.

Pero también este fenómeno “ha suscitado y creado nuevas pobrezas, nuevas soledades, nuevas necesidades, que interpelan a los cristianos”. En este sentido precisa que “la solidaridad de muchos cristianos ha sido ejemplar, pero no es menos cierto que necesitamos estar preparado para nuevos e imprevistos eventos que, por razones de fuerza (y no de ideología) nos obliguen a vivir el cristianismo de nuevos modos y con nuevo estilo” .

Conclusiones sinodales

El propio “Instrumentum Laboris”, insta a que una vez “terminada la Asamblea Sinodal, aprobadas las conclusiones y una vez que el Arzobispo haya acogido y promulgado lo que considere oportuno, todos estemos dispuestos a trabajar con ilusión para lograr con la ayuda y obra del Espíritu Santo, Agente principal y primordial de la evangelización, que esta Diócesis sea una diócesis evangelizada y evangelizadora”.

El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, señaló al inicio de la Asamblea Sinodal, que necesitamos “un nuevo estilo que permita dar a conocer a Dios con el compromiso verdadero de amar a los demás”.

El Cardenal: hacía una nueva iglesia diocesana

Durante el acto de apertura el cardenal destacó que este nuevo estilo debe “permitirnos permanecer siempre en camino para que lleguemos a unas propuestas que nos permitan adentrarnos en el mundo cultural secularizado y laicista en el que vivimos, sin imposiciones”. Que nos permita también “edificar sobre la roca firme que es Jesucristo, que cambie la vida de los hombres” y “llevar una vida de comunión y de renovación que nos conducirá a una evangelización, a una iglesia evangelizada y evangelizadora”.

El cardenal ha agradecido a todos los asistentes que han participado en la asamblea celebrada en el Paraninfo de la Universidad CEU Cardenal Herrera, el trabajo realizado durante estos meses, condicionados por la pandemia del COVID-19 y ha señalado que “es una alegría haber llegado a este final, que es el comienzo del renacer de la nueva iglesia diocesana”.

Durante su intervención, el Cardenal ha señalado que todo este trabajo “conllevará a que los evangelizadores, desde el obispo hasta los fieles, estemos a punto, para transmitir la conversión, la renovación y la comunión”. “Se trata de que el mundo crea y así habrá una humanidad verdaderamente nueva, hecha de hombres y mujeres nuevos”.

El trabajo realizado desde la inauguración del Sínodo Diocesano en octubre de 2019 “debe traducirse en propuestas de acción que reflejen la capacidad evangelizadora de la iglesia diocesana y todos sus agentes: sacerdotes, diáconos, laicos, mujeres y jóvenes”. Y que permita “la presencia de los católicos en la vida real ordinaria, a través de la familia, de la educación y de las redes temporales”.

AVAN. 23 MAYO 2021